Como hemos visto a través de las investigaciones pasadas la procrastinación puede afectar a la economía de distintas formas.
Al escuchar esto probablemente te hayas preocupado y has comenzado a pensar cómo puede suceder esto. Bien, cómo ya sabemos la procrastinación es un conjunto de varios factores tales como el autoengaño, exceso de confianza y el postergar las cosas. Si trasladamos estas conductas al ámbito de la economía, hallaremos una economía extremadamente pasiva, y en la que todos los movimientos que se hacen son hacia fuera y muy pocas veces hacia adentro, o sea solo gastamos y casi nunca ahorramos. Según un estudio hecho por la Universidad Complutense de Madrid un 40% de los adultos tiene problemas económicos a consecuencia de procrastinar.
Un ejemplo sencillo, cuando queremos comprar algo que resulta un poco caro no tenemos la cultura de ahorrar para después poder comprarlo, normalmente preferimos comprarlo a crédito aunque esto signifique pagar más. Y claro ya más entrados en el shopping aumentamos nuestra deuda con el GENEROSO banco que siempre nos puede prestar más, y que obviamente nosotros podremos pagar a 12 fabulosos meses sin intereses. Desgraciadamente al pasar esos 12 meses descubrimos que nuestra deuda sigue exactamente igual, solo que ahora se lo debemos a otro GENEROSO banco que encontramos, (¡Vaya que hay muchos!). ¿Por qué? Sencillo, seguramente el dinero que tenias destinado para comprar la despensa, pagar la luz, el teléfono, el agua, etc, etc. Lo has destinado a pagar tu tarjeta de crédito y al quedarte sin dinero has tenido que utilizar otra tarjeta para poder subsistir. Y pensar que de haber ahorrado para esa pantalla, esa computadora, esa ropa, ahorita no tendríamos este problema.
Pero desgraciadamente estamos acostumbrados a lo fácil y ¿Qué? ¿El ahorrar es muuuy difícil? Miguel Ángel Vargas en su artículo sobre la procrastinación, nos entrega los siguientes datos: El 84% de los mexicanos no tiene la costumbre de ahorrar y 43% no tiene dinero para enfrentar alguna emergencia,y seguramente tu estas entre ellos. Podemos interpretar de estos datos que; no ahorramos por qué creamos que es malo o por qué pensemos que es innecesario, al contrario, normalmente todos tenemos la intención de ahorrar y lo vemos como algo importante, más nunca lo hacemos porque decidimos comenzar a ahorrar después de comprarnos otro carro, otra computadora u otros zapatos que otra vez un bondadoso banco nos financió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario