LA PROCRASTINACIÓN, EL ARTE DE POSTEGAR LAS COSAS
Son las 5 p.m. y has llegado a tu casa después de clases, dispuesto a hacer tu tarea prendes tu laptop y... Buenas noticias! La tarea se tiene que entregar hasta la próxima semana, en ese momento sientes un gran alivio y te das cuenta que tendrás la tarde libre para dedicarte a Facebook o a salir con tus amigos, finalmente mañana harás la tarea.
Al día siguiente cuando tienes tiempo para hacer tu tarea encuentras cualquier otra ocupación "más importante" para no hacerla y así sucede toda la semana hasta que surge un gran problema... Te queda un día para hacer la tarea y peor aún solo tienes unas pocas horas, pero no hay problema ya que estas dispuesto a sacrificar horas de sueño para terminar el trabajo, finalmente “trabajas mejor bajo presión”. ¿Te suena familiar? Entonces eres todo un procrastinador, que seguramente posterga ciertas obligaciones o actividades que tienen cierto nivel de importancia por otras que quizá no la tienen y resultan más placenteras.
No somos los únicos.
A pesar de que no existen muchos estudios respecto a la procrastinación, algunas investigaciones preliminares de la Universidad Complutense de Madrid advierten que alrededor de 20% de los adultos reconocen postergar frecuentemente sus actividades, y afirma que este fenómeno se incrementa más en los jóvenes, siendo la familia y la escuela los factores determinantes en ello, pues establece que los jóvenes que tienen padres con un nivel de escolaridad bajo y un mayor número de hermanos son más susceptibles a procrastinar y si a esto se le suma el fracaso escolar las cifras se disparan.
Por otro lado en estudios hechos a universitarios se demostró que invierten la mayor parte de su tiempo en la escuela, dividido en clases, exámenes y actividades extraescolares, aunque al ir más a fondo sobre este rubro se descubrió que un 70% de ellos aplazan actividades de importancia, acumulando así una mayor carga de trabajo en semanas de entregas lo cual dificulta la realización correcta de trabajos y su entrega oportuna.

¿Una enfermedad?
Por muchos años se mantuvo la incertidumbre sobre saber si la procrastinación era algún tipo de enfermedad o se derivaba de alguna, o si únicamente se trataba de un trastorno psicológico.
Así que la Universidad Libre de Berlín se propuso resolver esta duda y después de realizar algunos estudios no se comprobó que existiera alguna razón médica que motivara a las personas a postergar sus obligaciones, lo cual lo descarta como una enfermedad y lo clasifica como un trastorno, en dicha indagación se logró hallar similitudes entre todas las personas que procrastinan como lo es el hedonismo, pereza, mal manejo de tiempo y un problema entre la personalidad, motivación y acción, que lleva a las personas que padecen de este trastorno a buscar la manera de zafarse de la culpa que representa el aplazar sus tareas, ya que para ellos es importante el sentirse bien consigo mismo, al mismo tiempo Willian Knaus, profesor y responsable del Departamento de Ciencias de Evaluación de la Salud de la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia coincide en que el dudar sobre las propias capacidades y tener un poco tolerancia hacia la tensión fortalecen los hábitos de la procrastinación.
Características de un Procrastinador y sus tipos.
Partiendo de la importancia del sentimiento de culpa en el procrastinador la Universidad Humboldt de Berlín realizó una investigación, la cual concluyó las principales características de estas personas, destacando, la constante autocrítica, el miedo al fracaso, la ansiedad, un bajo nivel de autoestima y el perfeccionismo. Jane Burka, doctora de la Universidad de Berkeley apoya estos resultados al apreciar que “estas personas no son vagas, sino que temen al fracaso, al éxito o a ser controlados. Y preparan infinitas excusas para luego explicar por qué el proyecto no les salió tan bien como les pudo haber salido”
Gracias a las declaraciones de Burka, sale a la luz otra característica importante, la manera en como la persona siempre trata de justificar sus evasiones haciéndolas ver como algo necesario o que quizá no se tenía otra opción, esto lo hace con la intención de sentirse más tranquilo y “seguro” cuando llegue el momento que menos quiere… el de hacer lo postergado.
Según Zygmunt Bauman los tipos de procrastinación dependen del motivo que deriva la postergación, y los divide en:
· Por evasión, sucede en personas que cuentan con una baja autoestima y que únicamente deciden aplazar las cosas por temor a equivocarse y al ser exhibidos ante los demás.
· Por activación, hace referencia a la que pareciera ser la historia que más se repite y que podría asegurar tú eres participe de ella, y es el postergar una tarea u obligación hasta ya no tener más remedio que hacerla, como la tarea o el estudiar para un examen.
· Por indecisión, típico en personas perfeccionistas que buscan la mejor y más sencilla manera de hacer algo pero… nunca lo hacen porque “no encontraron” la manera de hacerlo.
Tratamiento

Pero la realidad es que aún no se conoce algún tratamiento psicológico que sea efectivo, pues cada persona procrastina por razones diferentes, lo cual forzaría a buscar un procedimiento diferente para cada persona. El único tratamiento que existe es el que uno mismo se puede dar y es el de fortalecer la voluntad.